OCHO PASOS PARA SER HUMILDE
Aunque a la mayoría no nos
importaría llegar a ser un poco más humildes, ¡cómo detestamos pasar por la
escuela de la humildad!
Nos duele tragarnos el orgullo,
pero se trata de un dolor que nos hace bien. Conviene recordar el refrán:
"No hay rosa sin espinas".
1º- Procura descubrir lo mejor de
cada uno
El sabio Albert Einstein,
reputado como uno de los grandes cerebros de la humanidad, dijo "Nunca he
conocido a una persona tan ignorante que no tuviera algo que enseñarme".
2º- Elogia sinceramente a los
demás
Cuanto más menciones las buenas
cualidades de quienes te rodean, más virtudes descubrirás en ellos.
3º- Dicen que la frase más
difícil de pronunciar en cualquier
idioma es "Me equivoqué" Quienes rehúsan hacerlo por orgullo suelen
volver a caer en los mismos errores
4º- Sé el primero en disculparte después de una
discusión
Si la frase más difícil de
pronunciar es "Me equivoqué";
la siguiente más... debe ser: " Perdóname." Ese simple vocablo mata
el orgullo y pone fin al altercado: dos pájaros muertos de un solo tiro.
5º- Admite tus limitaciones y
necesidades
Es parte de la naturaleza humana
querer dar la impresión de ser fuerte y autosuficiente. Si manifiestas humildad
pidiendo ayuda a los demás y aceptándola, sales ganando.
7º- Aprende algo nuevo: Una nueva
técnica, idiomas, deporte, o hobby
Empezar algo de cero resulta casi
siempre embarazoso, pero las recompensas son múltiples: de una experiencia así
sales más humilde, y además tu ejemplo anima a los otros.
8º- Camina plácidamente entre el
ruido y las prisas y, recuerda la paz que puede haber en el silencio
Siempre que sea posible, sin
rendirte, llévate bien con todas las personas.
Di tu verdad claramente y con
sinceridad; y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante; él también
tiene una historia que contar.
Evita a las personas ruidosas y
agresivas; son vejaciones para el espíritu.- Si te comparas con los demás,
puedes volverte vanidoso o amargado, pues siempre habrá personas mejores y
peores que tú.- Nutre la fortaleza de tu espíritu para que sea tu escudo ante
las desgracias inesperadas, pero no te turbes con negras fantasías. Muchos
miedos nacen del cansancio y la soledad.
Vive tu vida alegre y ... ¡Lucha por buscar tu felicidad!
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